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Dialoguemos

Feminismo y Fe

Hace algunas semanas, en reunión con un grupo de mujeres feministas, conversábamos, entre otros temas, sobre si una persona puede ser feminista y mujer de fe al mismo tiempo.

Esto nos mantuvo dialogando sobre cómo ambas categorías (feminismo y fe) al parecer no pueden convivir en paralelo, y, en consecuencia, se observa un proclive a la renuncia de la fe por parte de muchas mujeres pertenecientes a este movimiento social. Es así como, estas mujeres feministas han tenido la necesidad de alejarse de su práctica creyente para evadir el debate, prescindir en tener que dar respuestas a otros, e incluso para evitar autocuestionarse sobre sus creencias.

En efecto, una de las luchas más grandes que ha tenido el feminismo a lo largo de la historia es contra una sociedad concebida con ideas patriarcales, es decir, una colectividad dominada por el hombre en todos sus ámbitos: económico, político, social, entre otros. Entonces, si hacemos retrospectiva histórica en este contexto, pudiera ser una de las razones de este desligamiento (entre feminismo y fe) la existencia de un mundo doctrinario tan dogmático y patriarcal fundamentado especialmente en muchos de los espacios de prácticas religiosas.

Lo anterior expuesto nos lleva a preguntarnos ¿Por qué no pueden el feminismo y la fe transitar en un mismo camino que visibilice a la mujer como un ser integral sin desigualdad de existencia inclinada por su distinción de género?

Y pues, coincidimos en que la iglesia es un espacio dialógico que no escapa a esta realidad en la que puede evidenciarse la subordinación de la mujer al hombre como una práctica normalizada, donde más bien debería ser una comunidad de iguales.

En este punto es donde las mujeres feministas que luchan por la equidad de género entran en conflicto: por un lado, son promotoras de la igualdad de derechos en el mundo, pero, por otro lado, cuando desean expresar libremente su fe, muchas veces se encuentran con un escenario que les impide manifestarse plenamente en ambos campos (el del feminismo y el de la fe), sintiendo al final que tienen la obligación de optar por alguno de los dos caminos y no por ambos.

¿Por qué crees que las mujeres no podemos interactuar en ambos espacios sin ser criticadas por los demás, incluso por algunas mujeres que creen que el ámbito de la fe y el de la lucha por los derechos son caminos que no deberían cruzarse entre sí? ¿Tú qué opinas?

Fuentes que puedes consultar sobre el tema:

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