Testimonio de una primeriza
Este sábado 26 de noviembre, se llevó a cabo una gran marcha en conmemoración del 𝘿𝙞́𝙖 𝙄𝙣𝙩𝙚𝙧𝙣𝙖𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙀𝙡𝙞𝙢𝙞𝙣𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙑𝙞𝙤𝙡𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖 𝙡𝙖 𝙈𝙪𝙟𝙚𝙧 enmarcada en un espacio autodenominado “libre de racismo, transfobia, bifobia, lesbofobia, racismo, capacitismo y cualquier tipo de violencia” por la Asamblea 25N (grupo de colectivxs e independientes), quienes organizaron de manera conjunta la actividad. Este tema además forma parte de una de las luchas que hacemos en conjunto con otras organizaciones sumadas a la Campaña “Desfundamentalízate” la cual está en preparativos para el venidero 2023.
En este sentido, deseo compartir el presente testimonio basado en mi experiencia, según mis inicios como feminista migrante. La marcha se mantuvo en un ambiente de alegría, compañerismo y vivacidad, a pesar de ser esta mi primera vez en una marcha del 25N, y además en un país que no es de mi origen, puedo afirmar que me sentí incluida, segura y acogida. La marcha logró el propósito de reunir a miles de personas quienes luchan desde diferentes espacios no solo geográficos, sino también institucionales en pro de una misma lucha.
Al momento de los preparativos, antes de salir a marchar se pudieron observar distintos espacios con los grupos alistándose, terminando carteles, pintándose el rostro, realizando actividades de preparación física y relajación. Igualmente, se apreció parte de la apertura a la marcha el acto cultural de la colectiva de Revolucionarias quienes nos mostraron su performance “encadenadxs”. También tuve la oportunidad de conocer personalmente a la reconocida activista afroperuana Sofía Carrillo, quien se mostró muy dinámica y cordial con quienes nos acercábamos.
Posteriormente, la marcha se enrumbó al ritmo de batucadas, se escucharon consignas como: “No más violencia” “No más impunidad” “No más injusticia para las mujeres”, así como las diferentes arengas feministas, que son un tipo de oraciones con frases alusivas al tema las cuales se hacen a viva voz y en tono solemne para enardecer o levantar los ánimos. Finalmente, luego de un poco más de 5 Km la marcha finalizó de manera pacífica, habiendo dado testimonio al Perú, de la importancia de erradicar la violencia contra las mujeres.
Para culminar, por mi parte, doy testimonio sobre mi experiencia en la marcha del pasado 26 de noviembre con las siguientes palabras: “Agradezco al colectivo de Primerizas por el apoyo previo de información y formación a quienes marchábamos por primera vez, logrando sentirnos en un ambiente de inclusión y apoyo. Igualmente agradezco a la Asociación de Pasos Firmes conformada por compañerxs migrantes quienes fueron mis acompañantes durante todo el recorrido, haciéndome sentir como en mi tierra, acobijada de mi bandera”.
En conclusión, la violencia no tiene distinción de raza, edad, género, nacionalidad, entre otras; y por lo tanto la lucha debe ser en alianza, como un frente unido contra quienes buscan vulnerar nuestro derecho a la vida, la seguridad y la igualdad.
Dialoguemos…Comparte con nosotrxs tu experiencia en la marcha del 25N. O cuéntanos ¿Qué opinas de marchar en representación de la lucha por la eliminación de la violencia a la mujer?