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EL LIDERAZGO FEMENINO: MOTOR DEL DESARROLLO SOSTENIBLE


Desde el Observatorio de Buenas Prácticas, Proderechos del CIERP; entrevistamos a la compañera Marjorie Moreyra (Mayo), quien es comunicadora social, activista ecofeminista, especialista en desarrollo sostenible. Actualmente, Mayo, activa en territorios amazónicos como Madre de Dios, trabajando con comunidades indígenas, pueblos originarios. También pertenece a la organización feminista Wuanamei Morado.
El desarrollo sostenible no es solo un objetivo económico o político, sino un componente esencial para la plena realización de los derechos humanos. En este sentido, el papel de las mujeres como agentes de cambio en un mundo que clama por soluciones sostenibles, emerge como un pilar fundamental, estas suelen poseer una visión holística que integra las dimensiones social, económica y ambiental de manera equilibrada. Por lo tanto, en el presente artículo se resalta el liderazgo femenino que se caracteriza por la empatía, la colaboración y la búsqueda de soluciones inclusivas que benefician a toda la comunidad, aportando un desarrollo integral y sostenible.
Mayo, ¿Cómo defines el papel de las mujeres como agentes de cambio en sus comunidades?
Este papel es bastante resaltante; ya que las mujeres actualmente están asumiendo roles que históricamente siempre han sido entregados a los hombres, por ejemplo, en los últimos años, en la Amazonía, tanto en la zona rural como en los pueblos originarios son las mujeres quienes están desarrollando una agricultura sostenible, familiar; a través del impulso de emprendimientos con cacao, pescado, artesanías, y otros. En este sentido, desde la organización donde trabajo, se viene realizando un trabajo con la Asociación de Mujeres Artesanas Shi’O, impulsada e integrada por aproximadamente 40 mujeres en la comunidad nativa Palma Real del pueblo originario Ese Eja; que involucra no solo el turismo comunitario sino también un trabajo de revalorización de sus conocimientos ancestrales, a través de la artesanía; es así como ellas son quienes sostienen la economía de sus hogares con la venta de sus productos. Esta es una forma de reconfigurar los roles tradicionales asociados a las mujeres y fortalecer los liderazgos en la toma de decisiones.
¿Qué tipo de liderazgo ejercen las mujeres en sus comunidades en relación con el desarrollo sostenible?
Específicamente, las mujeres con quienes trabajo, desarrollan un liderazgo comunitario desde el territorio, es decir con un enfoque profundamente territorial. Es así, como gracias a su lucha desde el espacio que ocupan y en la defensa del mismo se evidencia entonces un liderazgo que busca transformar, y que está profundamente ligado a la vida, a la memoria y a los recursos que ellas consideran como prioritarios. Muchas de ellas promueven prácticas agrícolas sostenibles, justamente para poder trabajar con estos recursos en la transformación de sus artesanías e igualmente colaboran con la transmisión de sus saberes ancestrales de generación en generación.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las mujeres para participar plenamente en la toma de decisiones sobre el desarrollo sostenible?
Como principales desafíos están las normas de género y los roles tradicionales, porque, aunque en las comunidades con las cuales trabajo si se está viendo un cambio en la participación de las mujeres, en comparación a años anteriores, sin embargo, también se siguen reproduciendo modelos patriarcales donde la voz de la mujer no es considerada en los espacios de decisión. En estas comunidades, muchas veces se espera que la mujer solo se ocupe de los hijos, las chacras, la alimentación, la limpieza lo cual representa otro desafío, ya que por la sobre carga de trabajo no remunerado con múltiples tareas de cuidado puede generar que ellas tengan menos energía y tiempo para participar en otros procesos, de gobernanza o de liderazgo.
¿Cómo se puede promover una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre el desarrollo sostenible?
En cuanto a esto, es importante escuchar sus voces, lo que piensan y desean hacer, pero desde una mirada intercultural, no desde una mirada occidental, sino entender que tienen una realidad diferente a la nuestra; y desde ahí partir para empezar a gestionar los recursos. También es necesario crear condiciones justas para que se puedan transformar las estructuras donde ellas históricamente se han visto excluidas, recordemos que estas mujeres al ser de comunidades indígenas, rurales, tienen una condición superior de vulnerabilidad frente a otras mujeres con costumbres particulares. Entonces, es importante promover círculos de mujeres, de asociaciones, redes, donde ellas puedan reflexionar y formarse sin miedos, desde la autoconfianza, la sororidad, la articulación de las acciones colectivas y comunitarias.
¿Cuáles son los principales obstáculos que impiden a las mujeres alcanzar su máximo potencial como lideresas en el desarrollo sostenible?
Uno de los principales obstáculos son las estructuras arraigadas, el machismo, que está muy presente en las comunidades, existen aún muchas localidades donde se cree que solo los hombres pueden tomar decisiones sobre los recursos, o que solo ellos pueden estar en asambleas generales y ocupar cargos como presidentes comunales. En cuanto a esto último, muchas mujeres no se postulan a cargos de liderazgo comunitario porque sienten temor de no sentirse apoyadas ni respaldas. Además, otro obstáculo puede ser el poco tiempo disponible por la alta carga de cuidados que tienen, y también podemos mencionar la violencia de género que por supuesto afecta esta participación.
¿Qué desafíos haz tenido que enfrentar de manera personal o con tu organización, en la lucha contra grupos fundamentalistas y antiderechos?
A nivel nacional e internacional estos grupos están creciendo y tomando fuerza, se evidencia como la derecha y los extremismos están posicionándose mucho más. Sin embargo, considero que nosotras desde los feminismos, desde las colectividades estamos intentando posicionarnos y formarnos conjuntamente para hacer frente, precisamente a la desinformación y a toda la ola de designios y post verdad que estamos viviendo en la actualidad. Específicamente la ciudad de Puerto Maldonado, está muy ligada a la religión católica y “las buenas costumbres”, lo que ha provocado algunas experiencias de rechazo, burlas, malos comentarios por redes sociales; por parte de estos grupos.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir a las mujeres jóvenes que aspiran a ser lideresas en sus comunidades?
El mensaje más importante para mí, es la importancia de acercarse a otras mujeres, aprender de otras, de nuestras referentes, de las mujeres a quienes admiramos. De esta manera las jóvenes pueden tomar los aspectos que consideren positivos de esa mujer que le inspira y adaptarlo a sí misma, a sus narrativas. Igualmente, es sustancial tener presente que “liderar no es mandar, es cuidarnos, es ir generando tejido colectivo comunitario”, para así generar semilleros en otras, en nuestras comunidades y de más espacios que habitamos.
«Liderar no es mandar, es cuidarnos, es ir generando tejido colectivo comunitario»
Como podemos evidenciar a partir de lo conversado con Mayo, actualmente son más las mujeres que están liderando iniciativas innovadoras en sectores clave como la agricultura sostenible, la gestión de recursos naturales, y el turismo ecocomunitario. La capacidad de las mujeres para emprender y crear soluciones creativas está impulsando la transición hacia una economía más verde y justa. Sin embargo, a pesar de su liderazgo y contribuciones, las mujeres aún enfrentan numerosos desafíos como: la desigualdad de género, la falta de acceso a recursos y la discriminación; pero el llamado es a seguir luchando contra estas dificultades que limitan su potencial para liderar el desarrollo sostenible.

Fotos originales: cortesía de Mayo Moreyra