woman raised her hand for dissuade, Abuse, campaign stop violence against women. Stop sexual harassment and rape.
Director de CIERP
Oscar Amat y León
Gracias a las valientes y documentadas investigaciones de periodistas como Pedro Salinas, Paola Ugaz y Daniel Yovera, hemos ido conociendo acerca de los abusos físicos, psicológicos, sexuales, económicos y políticos cometidos por organizaciones como el Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), una «sociedad de vida apostólica» perteneciente a la Iglesia Católica Romana, que en sus más de 50 años de fundación en el Perú, por medio de Luis Fernando Figari, ha tenido una existencia donde se han entremezclado: el poder económico, la manipulación de las personas, el elitismo social y el abuso físico y espiritual; todo esto en el marco de una propuesta donde abunda la intensidad de la experiencia religiosa. Esta combinación mortal y nociva para las vidas de los y las adolescentes y jóvenes que han llegado a formar parte de sus «casas de formación» y que se han integrado a la vida sodálite, son el duro testimonio de una injusticia en el proceso de las denuncias contra esta organización en el Poder Judicial. Este ha actuado de una manera sospechosamente ineficiente dejando la evidencia que la influencia del poder político y los negocios económicos al margen de la ley, parecen haber hecho mella en la ética de abogados, jueces y fiscales con una fuerte sensación de un hedor a impunidad y complicidad.
Para una información actualizada de los principales casos pendientes de justicia, relacionados con el Sodalicio de Vida Cristiana, puede consultarse los siguientes links: https://bit.ly/3HmFa9b y https://bit.ly/3O60SSD
Imagen: Cortesía Wayka.pe
Esto que nos impresiona e indigna que pueda ocurrir en los sectores sociales medios y altos de la sociedad peruana, en los cuales el SVC tiene su base social, sucede también con sus propias narrativas y bajo sus propias características en muchas congregaciones evangélicas y en otros movimientos religiosos, definitivamente. Estas agrupaciones no católicas son capaces de alcanzar con la maldad a otros sectores sociales, distintos a los que llega el mensaje del SVC. Y sin embargo, esta realidad no es menos dolorosa ni menos importante porque lo que comprobamos en el mapa religioso del Perú es que el abuso en todas sus manifestaciones y formas afecta a ricos y pobres; sectores urbanos y rurales; a lo largo de toda la amplia geografía del territorio nacional.
El abuso en las comunidades religiosas es un mal endémico que ha existido a lo largo de la historia del cristianismo. Lo peor de todo es que, de una manera infame, se le ha pretendido normalizar o disimular a partir de lógicas de supremacía y dominación que se han asentado en matrices culturales de discriminación en la propia iglesia y en las familias de las personas creyentes. Es así que diversos sectores evangélicos han llegado a idealizar el patriarcado y la figura masculina de autoridad; promoviendo modelos de familia basados en el autoritarismo y la violencia en el hogar; y han generado estilos de trabajo pastoral donde el poder del pastor es incuestionable, la desobediencia es pecaminosa y la indefensión de niños, niñas, adolescentes y jóvenes es alta, conformándose así una espiral de impunidad, disfrazada de espiritualidad evangélica.
El viernes 03 de noviembre el CIERP en coordinación con el despacho de la congresista Susel Paredes, organizamos una conferencia en el Congreso de la República sobre el tema del Fundamentalismo y el abuso en las comunidades religiosas.
A continuación publicamos extractos de los videos correspondientes a la presentación de Pedro Salinas, sobre el abuso en el movimiento del Sodalicio de Vida Cristiana, al interior de la Iglesia Católica.
La segunda ponencia fue presentada por Paola Ugaz sobre el tema «Las finanzas de la violencia del Sodalicio». La idea es rastrear los intereses económicos que fundamentan el quehacer del Sodalicio a nivel de diferentes empresas y terrenos, así como dar seguimiento a los mecanismos que sustentan y financian el funcionamiento de sus casas y centros de formación a partir del uso de sus influencias para obtener beneficios judiciales y actuar en los límites de la ley en diversas regiones del país.
Luego, tuvimos la presencia de nuestro director, Oscar Amat y León, quien compartió el tema de «el abuso espiritual en contextos evangélicos». La idea principal en esta ponencia era identificar de qué manera se manifiesta el abuso en sus diferentes formas, no solo en el contexto del mundo católico, sino también en espacios evangélicos, muy probablemente priorizando a sectores sociales provenientes de estratos medios y bajos, siendo el abuso psicológico, físico, sexual o espiritual un fenómeno que se inserta en la propia vida de la comunidad de fe, no como un dato agregado, o como una disfunción del quehacer religioso, sino que muchas veces se inserta en la dinámica interna y cotidiana a un modelo de pastoral autoritaria y permisiva en las relaciones entre el liderazgo y la feligresía más vulnerable de las congregaciones.
Finalmente, queremos compartir el pronunciamiento que fue preparado con motivo de esta conferencia y que trata directamente sobre cómo deberíamos enfrentar los temas del abuso en las comunidades religiosas. La idea es contribuir al debate público sobre los límites que las organizaciones religiosas deberían tener en el marco del derecho a la libertad religiosa, pero sin que malos dirigentes religiosos conviertan las búsquedas espirituales de la gente en un terreno fértil para el crecimiento del abuso, el maltrato ejercido en nombre de Dios y que la ciudadanía constate el peligro que existe cuando el fundamentalismo y las personalidades autoritarias intentan normar las relaciones ciudadanas o se intenta gobernar un país bajo el control total y la manipulación.
¿Qué piensas acerca de este tema?¿Puedes comentar sobre casos de personas que han sufrido diferentes formas de abuso en comunidades de fe? En nuestro próximo envío seguiremos compartiendo más videos y el pronunciamiento elaborado en el marco de la lucha contra el abuso en comunidades religiosas. Si te interesa este tema, deja tu like, comparte y comenta
FOTO: Dina Boluarte y la reunión convocada por la presidenta con representantes de las iglesias: católica, evangélica y cristiana, ¿el fin? solicitar apoyo para el régimen
Por: Oscar Amat y León & Miguel Ángel Castro
En nuestro artículo anterior dejábamos establecido que la respuesta inicial al contexto actual de violencia e inestabilidad política ofrecida por los pronunciamientos de las iglesias y organismos evangélicos podía resumirse en los siguientes puntos:
a) La construcción de una narrativa discursiva conservadora (en algunos casos fundamentalista) priorizando la defensa de los principios del sometimiento a las autoridades y la defensa de la ley y el orden.
b) La promoción de esa narrativa termina alentando a la iglesia (es decir a la feligresía) a legitimar el status quo, priorizando la defensa del orden, y en algunos casos, hasta de la propiedad privada por encima de la justicia, incluso en creyentes evangélicos que por el nivel de pobreza en el que viven, no tienen ninguna propiedad privada que proteger.
c) Como consecuencia de esta narrativa, y en concordancia con la narrativa conservadora de muchos otros sectores sociales, no necesariamente evangélicos, pero que afirman el mismo ideario, se fomenta una insensibilidad ética ante las muertes y demandas de la protesta social.
d) Cuando analizamos este tipo de respuesta evangélica a la realidad social, en perspectiva histórica, resulta que los evangélicos han actuado de una manera similar en otras oportunidades: por ejemplo, en los años 60, a través de su silencio frente a la necesidad de una reforma agraria en el país, que disolviera las relaciones de injusticia impuestas por una matriz colonial estatal perversa, o más recientemente, en los años 80 y 90, cuando amplios sectores de la iglesia evangélica estuvieron de espaldas -salvo honrosas excepciones- a enfrentar con una voz profética las causas de injusticia que generaron la violencia y el conflicto interno en el país, señaladas por el Informe de la CVR.
Los restos de los 6 evangélicos asesinados en Callqui, Huanta, en agosto de 1984 por infantes de marina en las instalaciones del propio templo de la Iglesia Presbiteriana
«Lo más doloroso es que nuevamente la iglesia se ubica una vez más contra los vulnerables, contra aquellos a los que debería defender«
Miguel Ángel Castro – Doctorando en educación / Equipo CIERP
En la actualidad, cuando las cosas se han puesto realmente críticas para el recién iniciado régimen de Dina Boluarte, sea por instinto de conservación político para mantenerse en el poder a toda costa, o sea porque ya lo tenía previamente planificado, la ex vicepresidenta de la plancha presidencial de Perú Libre, convertida ahora paradójicamente en la ejecutante del plan de gobierno del Congreso y de Keiko Fujimori, ante el movimiento de las aguas, decidió buscar a los líderes religiosos evangélicos que pudieran beneficiarle ante la opinión pública. Los medios cubrieron la noticia de la siguiente forma: «Presidenta Boluarte convoca a líderes de iglesias para instalar mesas de diálogo en regiones», así lo indica la nota de prensa del gobierno peruano (https://bit.ly/3PNm6o0), mientras que otro medio virtual señala: «Dina Boluarte convoca a los líderes de las Iglesias para una mesa de diálogo en cada región con protestas» (https://bit.ly/3BYLFg7). Del propio discurso de Boluarte se pudo llegar a la conclusión que «ha convocado a los líderes de las iglesias católica, cristiana y evangélica para instalar una mesa de diálogo en cada una de las regiones que se han movilizado» (https://bit.ly/3Ge22rA)
En la imagen: Miguel Bardales, Eduardo Concha (CONEP) y Cristian Scheelje (UNICEP), entre los líderes religiosos que se entrevistaron con Dina Boluarte
Es así que después de esta convocatoria, los líderes religiosos procedieron a realizar un doble movimiento: en primer lugar, asistieron a la reunión en Palacio de Gobierno con Dina Boluarte. ¿Oportunos u oportunistas?, los jerarcas neopentecostales que lideran UNICEP, CONEP y la SBP, manifestaron su plan de acción: equipararse con la iglesia católica para ofrecer «protagonismo mediador» del diálogo por la paz en las regiones afectadas por la protesta social y ofertar su ya clásica ayuda social, proveniente de las donaciones que reciben del exterior, para convencer a la población de la buena intención y de las bondades de sus organizaciones.
«[Hemos saludado] a la presidenta Dina Boluarte y le [hemos expresado] la voluntad de las iglesias evangélicas de cooperar con ayuda social y de colaborar con el diálogo, en los ámbitos donde se encuentran, para traer la paz, la prosperidad y el desarrollo del país.»
Miguel Bardales – Presidente Sociedad Bíblica Peruana
En segundo lugar, y de manera estratégica, estos mismos representantes del CONEP y UNICEP acordaron suscribir un «Comunicado Interreligioso sobre la crisis política en el Perú», el cual exhorta «a que se realice una investigación transparente sobre la forma en que ocurrieron las muertes durante las protestas», con el ánimo de mostrar una mayor respetabilidad ante la sociedad civil, diferenciándose de lo dicho en los pronunciamientos de sus organizaciones base (CONEP y UNICEP). Esta intención dual de mostrarse conservadores ante su feligresía y de «mente abierta» ante la sociedad civil, es típica del comportamiento político de este sector evangélico, caracterizado por su pragmatismo, por la búsqueda del poder a toda costa y por la falta de una clara definición programática, tanto en lo teológico como en lo ético.
¿Por qué razones podemos afirmar tal cosa? No se trata solo de la estrategia dual de los sectores neopentecostales a la hora de mostrarse de manera diferenciada (alguien diría «mostrando una doble cara») ante su propia feligresía y ante el resto de la sociedad civil. Se trata también de contrastar la realidad actual del comportamiento político de estos sectores ante la oportunidad brindada por Dina Boluarte de otorgarles visibilidad mediática a cambio de que ellos le otorguen a su gestión una credibilidad ética ante la opinión pública. No es casualidad que durante muchos años los diferentes gobernantes, especialmente los dictadores, hayan hecho uso del poder de la iglesia y de la religión para obtener una cuota de legitimidad proveniente del capital religioso.
Es así que, según el informe (https://bit.ly/3jjfDF0) elaborado por Amat y León & Condor (2022), se verifican algunas características del oportunismo evangélico, en materia política:
a) Es así que justamente los tres líderes (Bardales, Scheelje y Concha) que hoy se presentan como intermediarios de la paz ante el gobierno de Dina Boluarte, fueron los mismos que tuvieron una participación activa en la promoción de la candidatura de Keiko Fujimori durante la primera y segunda vuelta opuesta a la plancha presidencial de Pedro Castillo y de la propia Dina Boluarte.
Según este informe «durante la primera vuelta electoral, el acercamiento de Keiko Fujimori con los evangélicos estuvo a cargo del pastor Miguel Bardales, actual presidente de la junta directiva de la Sociedad Bíblica Peruana (…) Las reuniones, principalmente virtuales, de esta primera etapa se realizaron con la participación de varios pastores y líderes evangélicos de diferentes lugares del país», entre los que se contó a «Eduardo Concha, actual presidente del Concilio Nacional Evangélico del Perú».
b) Estos mismos líderes manifestaron una posición ambigua y ambivalente frente a la orientación pastoral que brindaron a su feligresía en materia política.
El mismo informe de Amat y León & Condor señala que «el caso más evidente del giro de una posición aparentemente neutra a otra, disimuladamente a favor de la candidata Fujimori, fue el de la UNICEP (Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas del Perú); cuyo presidente, Cristian Scheelje, pasó de representar a una organización cristiana vigilante del proceso electoral y defensora del sistema democrático, impulsora de la iniciativa interreligiosa “Proclama ciudadana: juramento por la democracia”; a ser parte de un grupo de evangélicos que apoyaban públicamente la candidatura de Fujimori, apelando al “mensaje cristiano evangélico de las nuevas oportunidades”
c) Los mencionados dirigentes utilizaron el discurso de intimidación de la población señalando al posible gobierno de Castillo como uno de «izquierda extrema», afirmando el apoyo de los evangélicos a la candidatura de Keiko Fujimori.
con el “Pronunciamiento Evangélico por la Democracia”, difundido por redes sociales el 12 de mayo», el cual afirma que «luego de varias reuniones de trabajo pastoral-eclesial y de escuchar a las distintas fraternidades pastorales del país que nos han expresado su preocupación por un eventual gobierno de izquierda extrema que pueda destruir las libertades civiles que hemos logrado, hemos decidido apoyar a la candidata presidencial Keiko Fujimori. (…) Desde el mensaje cristiano evangélico creemos que las personas pueden tener nuevas oportunidades; por esta razón, tenemos la expectativa que la candidata Keiko Fujimori haga un gobierno democrático, alejado de la corrupción, sin discriminación, sin odios ni rencores, respetando a las instituciones autónomas de nuestra democracia».
Reunión virtual de Keiko Fujimori con alrededor de 700 líderes/as evangélicos y evangélicas. Fuente: La República
d) En la mayor expresión de apoyo a la candidatura de Keiko Fujimori, en mayo de 2021, la candidata de Fuerza Popular tuvo una reunión virtual , organizada por Miguel Bardales y Néstor Encinas, con alrededor de setecientos líderes evangélicos y evangélicas, según la publicación de wayka.pe («Keiko Fujimori recurre a alianza con pastores de Con Mis Hijos No Te Metas» https://bit.ly/3hK5AIZ):
«en este encuentro, Fujimori solicitó el apoyo de los asistentes para lograr la presidencia, (…) los pastores, acto seguido, le aseguraron que harían que los miembros de sus congregaciones vieran con buenos ojos su candidatura y voten contra el “sistema socialista, comunista, chavista, castrista y social-confuso”, concluye la mencionada publicación.
En medio de este río revuelto, donde las organizaciones evangélicas luchan por obtener visibilidad pública y por convertirse en referentes religiosos, una suerte de super capellanes del gobernante de turno que habite en Palacio de Gobierno, los políticos anti-derechos, por su parte, no dejaban de hacer de las suyas. El modus operandi de esta «sagrada casta» de evangélicos presentes en el Congreso ha procurado permanentemente arrastrar a la feligresía evangélica en el duro camino del clientelismo político y de la movilización social en favor de las causas antidemocráticas.
Y en el contexto de una semana llena de movilización, protesta social y represión policial, junto con otros colectivos civiles y religiosos, tuvieron la brillante idea de convocar a «marchas por la paz» y «jornadas de oración» que contribuyeran a borrar de la memoria el recuerdo de las muertes de pobladores ocurridas en el país a manos de las fuerzas del orden, al mismo tiempo que fueran dando la impresión que el régimen de Boluarte cuenta con una base social que se moviliza, que tiene capacidad de convocatoria y que está dispuesta a respaldar las gestiones que contribuyan a fortalecer las acciones del proyecto de gobierno congresal.
El medio «Evangélico digital» en internet (https://bit.ly/3FNt33M) nos informa que «congresistas cristianos de diferentes partidos del Perú que conforman el “Bloque Cristiano” han convocado una Jornada de Oración por la Paz del país, este viernes 16 de diciembre a las 09.00 am (hora local de Lima). Los convocantes son Milagros Jaúregui de Aguayo (Renovación Popular), Alejandro Muñante (vicepresidente de la Mesa del Congreso), Mery Infantes Castañeda (Fuerza Popular) y Javier Padilla (Renovación Popular).»
Jornada de oración «por la paz» del Perú, organizada por el bloque cristiano del Congreso de la República. Fuente: Evangélico Digital.
Cualquiera podría preguntarse, ¿Qué puede tener de malo convocar a una jornada de oración por la paz en el Perú? No se trata solamente de ser estrictos en el llamado a la separación de iglesias y estado en el contexto de un mínimo de decencia de un estado que se pretende laico. Sino que deberíamos preguntarnos ¿por qué la imagen arriba colocada es un reflejo de una de las causas de la crisis política que actualmente estamos viviendo? Una respuesta plausible es que en el momento en que las creencias religiosas de tipo fundamentalistas dirigen los intereses y las voluntades políticas de los legisladores, entonces corremos el riesgo de empezar a tener leyes hechas a la medida de la moral religiosa de estos congresistas, las cuales pretenden ser impuestas como parte de la moral única para la ciudadanía en general.
Así lo razona, por ejemplo, Milagros Jáuregui, casi de una manera cándida, como si estuviera en el púlpito de su congregación y no en el Congreso de la República. Sin embargo, las cosas no se quedan en el ámbito del Congreso. Las conexiones que se forman entre iglesias al servicio del poder político evangélico así como los pragmatismos y la flexibilidad ética de tanto evangélico oportunista, terminan por articular la iniciativa del «bloque cristiano» de los congresistas evangélicos, en este caso, con la movilización de la feligresía de una iglesia en particular: el Movimiento Misionero Mundial (MMM). El MMM ha resultado siendo un actor importantísimo que cumple la labor de servir como operador religioso de los evangélicos políticos ante su propia feligresía y ante la sociedad civil. Conocedores de la situación que atraviesa el país el MMM en coordinación con el congresista Alejandro Muñante, crean «el Frente Cristiano por la Libertad» lo que denominan «una nueva plataforma ciudadana» (https://bit.ly/3WpNUBp) que, desde el MMM, se encargará de ser el ente convocante de las jornadas de oración a nivel nacional, contando además con el aparato mediático de Bethel televisión, el proyecto comunicacional del MMM, como se puede ver en la imagen siguiente:
¿Y a quién tenemos en medio de la marcha, mirando como la iglesia del MMM trabaja para su proyecto político? Pues al mismísimo Alejandro Muñante.
La visibilidad que han logrado alcanzar con estas acciones se puede notar en el informe de la Adjuntía para la Prevención de Conflictos Sociales y la Gobernabilidad, de la Defensoría del Pueblo, que identifica al MMM y al Frente Cristiano por la Libertad en su reporte diario del 21 de diciembre, como parte de las organizaciones involucradas en movilizaciones sociales en este caso de tipo «marcha por la paz» Ver: https://bit.ly/3YOumYN
Feligresas del MMM en plena Marcha por la Paz convocada por el bloque cristiano del Congreso de la República.
La movilización de la feligresía religiosa con fines políticos como lo realizan los evangélicos políticos del Congreso de la República es un atentado contra la democracia, a) en primera instancia por la desnaturalización de la función legislativa del Congreso para convertirse en un espacio de disputa y beneficio a ciertas confesiones religiosas en el Perú y ante la posibilidad de utilizar los espacios congresales como mecanismos de privilegios para sus propias organizaciones religiosas. b) También es un atentado contra la propia Iglesia Cristiana porque la pervierte en un sentido constantiniano de procurar obtener prebendas y beneficios del poder político a cambio de otorgar legitimidad al gobierno ante la sociedad civil. c) Y, en tercer lugar, es también un atentado contra la propia sociedad civil pues ésta se ve enfrentada y muchas veces atacada en las movilizaciones que organiza, por parte de sectores evangélicos fanatizados, que resultan movilizados y organizados como si fuesen bandas cuasi delincuenciales al estilo del grupo conocido como «La Resistencia».
Muy interesante esto que reporta @JacobLKessler. El Movimiento Misionero Mundial, principal iglesia organizando marchas de CMHNTM organiza/apoya ahora estás marchas por la paz. El congresista Muñante, de RP, asistió, 1/n https://t.co/ebl4EjATcC
Agradezco a mi buen amigo, el profesor Omar Coronel por el video que ilustra la presencia de líderes religiosos del MMM en la Marcha por la Paz.
El momento en que la religión sea instrumentalizada como un espacio de promoción de la violencia; el momento en que la intensidad de la experiencia religiosa sea aprovechada para empoderar liderazgos políticos evangélicos que tienen los pies de barro; en el momento en el que el «Jehová de los Ejércitos» sea entendido como el «Jehová de las Fuerzas Armadas» que legitima el uso de la violencia contra el pueblo, en ese mismo momento habremos perdido la brújula de lo que significa ser personas de fe en el Perú y habremos vendido la bendición de nuestra primogenitura por un miserable plato de lentejas que nos otorga como ganancia írrita, las componendas con el poder temporal.